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He de reconocer que no había leído nada de Thor, salvo sus apariciones en Vengadores o en alguna otra serie. Por lo tanto se deduce que me decante por el dibujo de Alan Davis al comprarme este tomo (cuarto número, del volumen cinco). Y tengo que decir que me ha enganchado.
Para empezar comentar el primer número que ofrece el tomo. Como bien he dicho más arriba, no había leído nada de la serie de Thor, pero eso no ha sido impedido en nada la lectura de ese número. En él se refleja el malestar de los creyentes de otras religiones con Thor y su mitología. Y tiene gracia que el que pase a mayores sea un mutante, los cuales tendrían que saber eso de no ser aceptado por la sociedad.
El dibujo de Joe Bennett me recuerda mucho al de Romita, salvo que este no abusa de las caras rectangulares.
El segundo capitulo del tomo ha sido el más flojo. Parece claro que para lo único que sirve el número es para ver a diferentes dibujantes, ya que la historia que cuenta no es nada del otro mundo. Destacar las dos páginas de Pachecho, probablemente lo último que hizo para Marvel antes de irse a DC.
Y finalmente llegamos al crossover. Para empezar decir que Thor ha llegado a un punto de no retorno. Ha decidido llevar sus planes hasta el final, pase lo que pase. Y parece ser que se llevara a cabo, ya que Jurgens ha dejado Thor dando su etapa por finalizada, según él.
La historia parte de la petición de ayuda de un grupo de creyentes de Thor. Este decide vengarlos por haber muerte solo por haber creído en él, y decide derrocar el gobierno dictatorial que rige el país. El problema es que el país vecino es Latveria, y los EEUU tienen el temor de que Thor decida hacer lo mismo en Latveria, con la consiguiente represalia de Muerte, por lo que mandan a Iron Man a detenerle. Después de una lucha brutal entre los dos y la intervención del Capitán América, Thor decide dejar el país y volver a Asgard, dejando aún más alejado a los Vengadores de su nueva vida como el padre de los dioses.
El dibujo es una maravilla, Davis consigue dotar a las batallas una espectacularidad como solo él sabe.
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